Napi Di Loop, El lobo bueno: Hay que renovar los eventos dospuntoceristas

Hay que renovar los eventos dospuntoceristas

Interesante reflexión para mejorar en el iCities 2010

Enviado por Napi a través de Google Reader:

Hay que renovar los eventos dospuntoceristas

¿Os acordáis de iCities'09? Sólo han pasado diez días, pero ya parece demasiado tarde para escribir una crónica de aquello. Me limitaré a decir lo que ya han dicho muchos: ha sido un evento exquisitamente organizado, donde la abundancia de mesas, talleres y ponentes ha encontrado un perfecto encaje. Los medios técnicos han funcionado, la atención ha sido muy cercana y la asistencia ha sido alta y muy participativa. Yo lo he pasado muy bien y he hecho mucho networking, que es para lo que sirven estos saraos.

Sin embargo, este post es una crítica a iCities. Y a cDigital09, a eFindex, a la mayoría de los eventos más o menos dospuntoceristas a los que me toca asistir. Una crítica constructiva y en la que pongo por delante mi agradecimiento y admiración a las personas que se dejan la salud organizando estos eventos. Y lo hago en un momento en que se empieza a hablar del próximo eFind3x, con la esperanza de abrir un debate que lo enriquezca.

Lo he dicho más veces, y supongo que ya sueno como el abuelo Cebolleta, pero seguiré insistiendo: un evento sobre lo dospuntocero debería adoptar un formato dospuntocero. No sólo por estética, o por coherencia, sino porque sería más intenso y más interesante. Y porque estamos en el siglo XXI.

En estos años desde los primeros eventos algo hemos avanzado, no hay evento que se precie que no tenga un blog, un usuario de twitter, un backchannel (de nuevo, twitter), un evento en facebook y alguna apariencia de participación, por ejemplo mediante Google Moderator.

Sin embargo, cometemos una y otra vez estos errores:

Demasiadas mesas, demasiados ponentes, demasiado emisor en el estrado. En consecuencia, los ponentes se quedan sin poder decir todo lo que quisieran y sin poder debatir lo suficiente. Aún peor, el moderador se ve abocado a decir "sólo vamos a admitir dos preguntas, porque nos hemos pasado de la hora límite". Siempre con prisa.
En general, hay una tendencia a la superabundancia, con lo que te encuentras con un taller interesante a la misma hora que una ponencia imprescindible. Y no siempre tienes la posibilidad de verla después en vídeo: el streaming se lo lleva el viento.
Una consecuencia de tanta exhuberancia, es que no se contesta a las preguntas que llegan vía Twitter o GoogleModerator. Claro que se podrían contestar en la red los días anteriores o posteriores, pero los ponentes son personas con poco tiempo libre y no suelen tomar el compromiso de seguir colaborando después del evento. Al fin y al cabo, no suelen cobrar, a diferencia del que imprime los folletos o provee el catering.
El esquema sigue siendo "arriba y abajo". La palabra "desconferencia" es todavía un exotismo. En el fondo, lo que hay es una clara diferencia entre quienes "tienen algo que decir" y "quienes vienen a escuchar".

Hecho este análisis, expongo lo que creo que deberíamos de mejorar.

La cosa no es renunciar a las ponencias. Seguro que todos deseamos escuchar algunas, a ser posible de personas a las que no hemos oído antes (creo que estoy tirando piedras a mi tejado de conferenciante). Pero que sean pocas y escogidas y con tiempo para el debate. Creo que habría que pagar a esos ponentes y, recíprocamente, exigirles cierto compromiso desde antes hasta después del evento.
Wikear el evento. Que quede conocimiento mínimamente estructurado como producto. En algunos casos, se ha recurrido a la elaboración de un manifiesto o un decálogo, lo que me parece muy bien. Aún mejor, cuando todas las actividades dejan conocimiento en el wiki.
Sistematizar el networking. En parte ya se hace, a través de algún grupo o evento de Facebook, pero tengo la impresión de que se le podría sacar mucho más jugo al aspecto relacional de los eventos. Una medida del éxito de un evento debería ser cuánta gente consigue ligar, cuántos encuentran pareja, cuántas relaciones comerciales se establecen, cuántos encuentran trabajo...
Si se montan mesas, procurar que sean mesas y no una colección de ponencias. Esto suele costar mucho. Como buena práctica siempre elijo la mesa de eGovernment en el eSeg. Como participé yo mismo, no es un ejemplo muy ecuánime por mi parte, pero ahí el mayor mérito fue de Roc Fages, que fue quien hizo la propuesta. (¿O fue idea de K-Guadián?)
Dar el protagonismo -o, al menos, el 50% del protagonismo- a los participantes. Si se establecen canales de participación, hay que atenderlos de manera preferente a cualquier otra cosa. Si no, vamos a defraudar a quienes se hayan animado a participar.
Que no sea todo reflexionar. Hay que hacer. No se trata de una dicotomía: se trata de reflexionar y de debatir para hacer. Que los eventos sean también ejercicios de hacktivismo.
Aprovechar, aunque sea de forma híbrida y bastarda, las metodologías de desconferencia como los BarCamps y similares. Que las personas vengan con sus proyectos o sus proclamas y encuentren un espacio donde emitir, donde compartir y donde juntar esfuerzos para llevar sus ideas a buen término.
Mezclar más, arriesgarse más, aberrar más. Pedir su contribución a los artistas, a los niños, a los más reticentes a la tecnología. Prohibir el power-point, hacer teatro, plantear ponencias en clave de humor, gastar bromas al público... (sigo tirando piedras contra mi tejado).

Ya sé que uno de los quebraderos de cabeza es encontrar financiación y que los espónsores desconfían de los experimentos... o no. Quizá hay instituciones y compañías que desean asociar su nombre a eventos verdaderamente novedosos.

En fin, así es como me gustaría que fuese. ¿Algún ejemplo que se parezca? ¡Sí, lo hay! Mucho de lo que he dicho lo viví en UrbanLabs08, y espero volver a repetir en UrbanLabs09, que ya empieza a insinuarse.

Otro ejemplo radical: Abla. Los eventos en Abla son una excusa para invitarte a vivir durante unos días como vecino de una comunidad de ciberactivistas sociales rurales. Da igual el evento. Lo que importa es la vida.

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